Este 7 de agosto, Día de San Cayetano, miles de personas marcharán desde Liniers hasta Plaza de Mayo levantando como bandera central el legado del Papa Francisco, fallecido este año, cuya vida estuvo marcada por la defensa del trabajo digno, la justicia social y la denuncia de los modelos que descartan. Con la consigna que les caracteriza, «Paz, Pan, Tierra, Techo y Trabajo», la peregrinación vuelve a ser expresión de unidad ante un modelo económico que empobrece, reprime y abandona.
La convocatoria, que impulsa la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP), cuenta por segunda vez consecutiva con el apoyo y acompañamiento de la CGT. También reúne a expresiones sindicales como las dos CTA, movimientos sociales y campesinos, estudiantiles, comunidades religiosas, organizaciones feministas como Ni Una Menos, organismos de derechos humanos y múltiples actores del campo popular. Frente al ajuste, la comunidad organizada sale a la calle con un mensaje claro: la paz social no se construye con represión, sino con derechos.
La jornada comenzará a las 8 de la mañana en Cuzco y Rivadavia, en Liniers, con la tradicional bendición de herramientas. A lo largo del recorrido habrá distintas postas: en el barrio de Flores, se realizará junto a los curas villeros un homenaje a Francisco en la parroquia. En las inmediaciones del Congreso se agruparán columnas de movimientos sociales, sindicatos, organizaciones de jubilados, espacios feministas y estudiantiles. El acto central será a las 14 hs en Plaza de Mayo.
El documento político difundido por las organizaciones denuncia una catástrofe social planificada. El Estado ha interrumpido las políticas alimentarias y congelado el salario social de las trabajadoras sociocomunitarias en $78.000. Sin alimentos ni reconocimiento, ellas siguen sosteniendo la primera línea contra el hambre. Se reclama de manera urgente la actualización del salario social complementario y el reconocimiento laboral de estas trabajadoras.
En el plano productivo, las cooperativas y unidades de la economía popular están siendo asfixiadas por la falta de inversión, la apertura indiscriminada de importaciones y la dolarización de insumos. Las organizaciones reclaman una Ley de Emergencia Productiva que incluya subsidios directos, tarifas diferenciadas, entrega de herramientas, acceso a la tierra y compra estatal de alimentos.
También se denuncia el avance del narco en los territorios ante la desinversión en políticas de adicciones, la criminalización del trabajo en el espacio público, el abandono de los pueblos originarios y la represión a las comunidades que luchan por su tierra. La paralización de la obra pública y el desfinanciamiento de la Ley de Integración Socio Urbana han dejado a millones sin la esperanza de un techo digno.
En paralelo, el documento alerta sobre el desguace del sistema público de salud y educación, la destrucción del empleo formal, el empobrecimiento de jubilados y jubiladas, la entrega de los recursos naturales a través del RIGI y la injerencia extranjera en los asuntos internos del país.
“Este 7 de agosto volvemos a peregrinar por Paz, Pan, Tierra, Techo y Trabajo. Es el primer San Cayetano que lo hacemos sin Francisco. Pero con su legado más vivo que nunca. Lo hacemos con la convicción de ponerle un freno a esta política de miseria planificada que lleva adelante el gobierno nacional y que hace más de un año viene arrasando con la dignidad de los laburantes y los que menos tienen. Este 7 de agosto es una oportunidad para seguir uniendo las luchas: los trabajadores y trabajadoras de la economía popular, que abren caminos de dignidad en un momento de oscuridad, siempre en unidad con el conjunto de la clase trabajadora, junto a los jubilados y la discapacidad que luchan contra el veto cínico del gobierno, el Garrahan que enfrenta el ajuste, el grito de ni una menos, de la Universidad pública, de las pymes, y de todos los sectores afectados por este gobierno de entrega y de saqueo.”
—Alejandro “Peluca” Gramajo, Secretario General de la UTEP
La peregrinación de San Cayetano vuelve a expresar una fe que no se resigna y una organización que no se rinde. Convoca a quienes todos los días se inventan su trabajo, a quienes ven su salario licuado, a quienes defienden la universidad pública, a quienes sostienen la vida en los barrios y a quienes creen en una patria justa y solidaria.
Frente al ajuste y la crueldad, el pueblo está de pie. Paz, Pan, Tierra, Techo y Trabajo.