Los Curas en Barriadas Matanceras de la Diócesis de San Justo se sumaron al reclamo de los Curas en la Opción por los Pobres para que sean creados «consejos de tierra y hábitat» en los municipios bonaerenses y para que se proyecten autoconstrucción de viviendas en lotes con servicios, como salida a la problemática de las tomas de terrenos.
Días atrás, Curas en la Opción por los Pobres difundió una carta pública a las autoridades municipales de todo el país, en la que exhortó a escuchar al pueblo en su «clamor por tierra, techo y trabajo» y pidió una «mesa de diálogo» amplia para debatir el problema.
En tanto, el grupo de la Diócesis de San Justo, que acaba de adoptar el nombre de «Padre Bachi», en homenaje al sacerdote de ese distrito recientemente fallecido por coronavirus, difundió hoy su posición, en línea con lo expresado por Curas en Opción por los Pobres.
«No habrá ´vida en abundancia´ para nuestro Pueblo si no ponemos el oído y el corazón en su clamor por tierra, techo y trabajo, que en nuestro distrito es cada vez más desgarrador», habían escrito días atrás los sacerdotes.
Además del grupo Padre Bachi, también se hicieron eco del pronunciamiento de Curas en la Opción por los Pobres los sacerdotes de las Villas de Bs. As y el Gran Bs As.
Pidieron «buscar caminos concretos para alcanzar la integración socio urbana de los más de 4.400 barrios populares en todo nuestro país».
«Desde la cultura del encuentro a la que nos convoca el Papa Francisco, volvemos a proponer mesas de diálogo donde el Estado, en todos sus niveles, los vecinos y vecinas, las Iglesias y las organizaciones sociales puedan encontrar una solución integral y accesible al problema del hábitat en nuestro distrito», dicen en el comunicado los Curas en Barriadas Matanceras «Padre Bachi».
Replican también lo manifestado por Curas en la Opción por los Pobres en cuanto a que «la injusticia en la distribución de la tierra es flagrante» porque mientras hay «extensiones inmensas con títulos de propiedad privada, barrios exclusivos, casas y departamentos vacíos», también existe una «multitud de pobres y no tan pobres buscando un lugar en el mundo».
Sin embargo reconocieron que «desde hace ya muchos años, las tomas se han complejizado muchísimo» y hoy la problemática está atravesada por «negocios oscuros como la venta de compra-droga; la compra-venta y alquiler de lotes».
«Las tierras de los pobres, de esta manera, se convierten en lugares invivibles. Y, en tiempo de pandemia, son espacios donde el riesgo de contagio del Covid se une al de enfermedades preexistentes propias de la pobreza», añadieron.
«En este contexto, de ninguna manera se puede avalar «la toma» como alternativa. Nos preocupa que se aliente esta iniciativa. Pero, al mismo tiempo, debemos decir que esto no significa renunciar al justo reclamo de la tierra y la vivienda digna. La toma de tierras expone a las familias pobres a innumerables padecimientos y al conflicto con la ley», plantearon.
El documento sostiene que el problema está dado por «la injusta distribución de la tierra y la concentración de la misma en pocas manos» y que la salida debe «ser más creativa que exponer la carne de los pobres a nuevos sufrimientos».
Con este objetivo, propusieron la creación de Consejos Locales de Tierra y Hábitat en los municipios, con proyectos de lotes con servicios para los trabajadores, en los que las personas desarrollan su propia casa con planes de autoconstrucción.