La Dra. Gabriela Piovano es una destacada infectóloga con una extensa carrera en la salud pública, que alcanzó una gran notoriedad en los últimos meses por sus declaraciones radiales y televisivas sobre los estragos que ha venido haciendo el COVID 19 en la República Argentina. No trepidó en enfrentarse, con dureza, con destacados periodistas (algunos bastante miserables digamos), que negaban la importancia de las vacunas y el aislamiento. Con un estilo confrontativo, llamó la atención también por su defensa de la salud pública y la condena de ineficientes funcionarios públicos.
A tal punto que fue su destaque que Alberto Rodríguez Saá, la eligió para encabezar la lista de precandidatos a legisladores de la CABA por su propuesta Compromiso Federal. Lamentablemente, nos dio la PRIMICIA cuando la entrevistamos en AM 930 NATIVA EN DÚPLEX CON AM 1250 Estirpe Nacional por ese tema, que la lista había sido impugnada por la Junta Electoral. Pero como Dios sabe lo que hace, su capacidad en asuntos graves como éste, fue llamada para ser asesora en temas de Salud del casi diputado nacional por la CABA, Leandro Santoro, del Frente de Todos.
Pero además, de ello, nos sorprendió en la entrevista de “Pedro Artaza y sus Noticias”, con una no buena noticia: “SE VIENE LA TERCERA OLA DE COVID 19”.
“COMIENZAN A SUBIR LOS CASOS”
–¿Cómo está viendo el tema de la pandemia, doctora?
–En lo que es la Ciudad de Buenos Aires y en la Provincia de Buenos Aires, ya hace un par de meses que empezaron a bajar los casos y a bajar un poco después las internaciones en terapia intensiva, que estaban colapsadas. O sea que hoy estamos en la pendiente negativa: cuando está bajando el pico. Llegamos a la punta de la montaña y ahora estamos bajando por la ladera. Creo que esa velocidad de caída va disminuyendo, lo cual quiere decir que se empieza de a poco a aumentar los casos.
“Entonces, estamos viendo por ejemplo que en nuestro hospital se están ampliando bocas de oxígeno en salas que antes no tenían. Se está armando una terapia intensiva con veintipico de camas en un pabellón que yo lo reclamé desde el día uno porque estuve ahí trabajando. Yo hace treinta años que trabajo en el Muñiz, pero hay un pabellón que tiene ciento cincuenta camas yo lo conocía pero siempre como médica que va a ver un paciente para pasarlo a la terapia o para devolverlo porque ya salió adelante con su salud”, nos explica la médica.
“PEDIMOS MÁS OXÍGENO Y NOS DIJERON QUE NO”
“Pero nunca había trabajado ahí, me tocó en la pandemia justo cuando fue la parte que empezaban a traer a la gente en colectivos que fue una situación espantosa. En ese momento yo sinceramente vi que si no se hacía algo ahí, íbamos a tener el famosos desborde con los muertos en el patio”, agregó.
Bueno, conseguimos llevar adelante todos una acción, porque se nos dijo que no iban a poner oxígeno porque ampliaron la terapia hasta cincuenta camas. Si yo tengo antes de eso un lugar donde no hay oxígeno, obviamente si yo tengo que pasar el paciente a la terapia para darle oxígeno, la terapia la ocupo muy rápido, entonces bueno, se nos dijo que no, que no lo iban a hacer. Hicimos un reclamo, una nota formal administrativamente, y además por supuesto traté de llegar al Presidente para decirle que por favor se fijen.
UNA TERCERA OLA
Y sigue su relato la Dra. Piovano, con una fuerte afirmación: “Al final se puso oxígeno, pero nos dijeron no, no, no. Esta vez que vino el segundo pico esos lugares se llenaron de pacientes graves y hubo un momento que hubo un colapso, donde si nosotros sacamos un paciente de terapia, teníamos tres esperando. Así que tuvieron que empezar a armar esto que yo les digo: estrategias un poco más fuertes. Pero ahora están planteando armar terapia intensiva. Entonces nos hace prever una tercera ola, mucho más grande que desborda y yo les digo que cada vez con infectados de menor edad.
“La cepa no es que afecta más a los chicos, pasa que ahora están circulando los chicos, yendo a la escuela. Los viejos se quedaron guardados, o se murieron o se vacunaron y siguen guardados”, aclara.
“Entonces, si bien ves gente mayor enferma pero ya es menos el grueso que eran al principio. Ahora son un número más, estamos entre cincuenta y treinta años. Treinta para abajo. Ver gente morir de esa edad por algo que se podría haber evitado más allá que tenga atención médica, es terrible”.
Y remata la locuaz profesional: “Nosotros no llegamos a un número de desterrar la circulación comunitaria. Acá han perpetuado esto, o sea cuando acá vimos los números el otro día que decía que estamos abajo tres lugares después de Bolsonaro, yo me ponía mal porque decía que no puede ser. Acá en la Capital Federal, en Mendoza y Santa Fe, tuvimos un Bolsonaro. Entonces es lógico que los números sean altos. Una tercera ola con enfermos de menor edad”.