¡Qué triste tener que despedir a una colega y amiga como fue Mónica! Y tener que hacerlo de esta forma, escribiendo, como hacemos los periodistas, los trabajadores de la comunicación oral, escrita y por las redes, como ahora.
Fueron muchos años de compartir cientos de notas, conferencias de prensa, ferias y campañas electorales para volcar en los medios de La Matanza las notas y la opinión. Después, venían los cafés en los bares de San Justo y las comidas con candidatos, gremios y todo lo que fuera noticia en el municipio. Además de los chimentos, claro.
Compartimos el trabajo en un programa de la Radio de la Universidad de La Matanza e intentamos seguir con los periódicos y los programas en otras emisoras locales. Siempre laburo y amistad.
Luego de varios meses de una cruel enfermedad, Mónica nos dejó, con los recuerdos, las risas de tantas anécdotas vividas y algunos enojos. Por aquéllos muchachos que nunca faltan y que se olvidaban de pagarnos nuestros trabajos y las publicidades, ¿vió, amigo lector? Mónica intentó con varios proyectos de diferentes resultados, como le pasa a tantos…
La vamos a extrañar, no con el amor de sus hijas e hijo y los nietos que la convirtieron en una abuela siempre protectora y orgullosa de ellos.
Te vamos a recordar y mucho, Mónica… Gracias por tu amistad y compañerismo en las malas y las buenas. Que descanses en paz, colega y amiga.