El Presidente Alberto Fernández despidió este lunes a Evo Morales Ayma en la frontera entre Argentina y Bolivia, en La Quiaca, y destacó la importancia del regreso del exmandatario a su patria, «de la que nunca debió haber salido y nunca debió haber sido maltratado como lo fue”, además de reivindicar a la «Patria Grande que quiere crecer, justicia y desarrollo para todos».
“Es un día muy importante para todos, es muy lindo estar en La Quiaca con este motivo, que es garantizarnos que nuestro querido Evo Morales regrese a su patria, de la que nunca debió haber salido y nunca debió haber sido maltratado como lo fue”, dijo el jefe de Estado argentino al despedir a Evo Morales.
En un emotivo mensaje, en el marco de un breve acto del lado argentino de la frontera, en la localidad jujeña de La Quiaca, Alberto Fernández despidió a Evo luego de haber permanecido en Argentina durante 11 meses. Horas atrás, había asumido el nuevo Presidente boliviano Luis Arce, que fuera Ministro de Economía de Morales.
El puente internacional «Horacio Guzmán», que une La Quiaca con la ciudad boliviana de Villazón estaba repleto de vecinos y obreros mineros, Detrás, las banderas bolivianas coloridas, la música alegre y estridente sonaba como en un festival. Ahora era el de la democracia…
FERNÁNDEZ: “SOCORRER A LOS PUEBLOS AMENAZADOS”
Previamente, Morales y Alberto Fernández habían compartido un desayuno en el Hotel de Turismo de La Quiaca, donde ambos se alojaron y el ex mandatario boliviano había sido distinguido con el título de profesor honorífico por parte de la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales de Universidad Nacional de Jujuy.
El Primer Mandatario argentino saludó a numerosos vecinos y vecinas jujeños que se juntaron a la salida del hotel y cerca del lugar del acto.
En su mensaje pronunciado en el puente internacional, Alberto Fernández lamentó que “en los últimos años, América Latina fue desintegrándose en individualidades” y recordó que el camino es otro, porque “somos parte de una patria grande que quiere crecer, y quiere justicia y desarrollo para todos”.
“Es el deber de cada uno de nosotros ir en socorro de aquellos pueblos que se ven amenazados y lastimados por levantamientos como el que sufrieron Evo y Bolivia hace un año. Contamos con la democracia como el instrumento más importante”.
La comitiva argentina presente en La Quiaca estuvo compuesta por el Canciller Felipe Solá; los Ministros Eduardo de Pedro (Interior) y Elizabeth Gómez Alcorta (Mujeres, Géneros y Diversidad); el secretario de Asuntos Estratégicos, Gustavo Béliz; el secretario de Comunicación, Juan Pablo Biondi; junto al senador Jorge Taiana y el diputado Eduardo Valdés.
“Estoy feliz de haberle tendido la mano a Evo, a Álvaro (García Linera, ex vicepresidente de Bolivia) y a los compañeros de Bolivia”, indicó el Presidente..
“Te vamos a extrañar, e intentaremos mandarte carne”, dijo al final Fernández, respondiendo los elogios del exmandatario boliviano a la carne argentina que consumió durante su estadía en Buenos Aires.
EVO: “EL HERMANO ALBERTO ME SALVÓ LA VIDA”
Morales se mostró agradecido con Alberto Fernández: “Muchas gracias hermano Alberto por acompañarme, por garantizar la seguridad. Quiero que sepan que especialmente Alberto Fernández me salvó la vida y eso nunca lo vamos a olvidar”, le dijo Morales al mandatario argentino.
«Hoy recordaba con el hermano Presidente que hace cincuenta años yo pasaba por acá, siendo un niño, rumbo a Ledesma, rumbo a la zafra», comenzó repasando Evo Morales lo que significa este puente como vaso comunicante entre dos pueblos. «En poco tiempo hemos demostrado que Bolivia tenía mucho futuro. La hemos transformado, ese ha sido nuestro delito», aseguró.
Y al rememorar su gestión, dijo que “nunca” imaginó ser Presidente y consideró que “recuperamos nuestros recursos nacionales y garantizamos soberanía y dignidad al pueblo”.
Tras los discursos, Fernández acompañó a Evo Morales hasta la mitad del puente que separa La Quiaca de Villazón. Allí, ambos fueron recibidos por trabajadores del sector minero, quienes les entregaron de manera simbólica cascos a modo de bienvenida.
Luego, Morales Ayma, tras abrazarse con sus compatriotas y habrá visitado a Milagro Sala en Jujuy, emprendió una caravana con cientos de seguidores que lo acompañaron en su recorrida de más de 1.000 kilómetros hasta la zona cocalera de Cochabamba, donde forjó su carrera política.