Esta querida referente de los derechos humanos, santa pagana de todas las luchas, Norita tenía 94 años y estuvo hasta principios de este mes en Plaza de Mayo –ese lugar que transitaba desde mayo de 1977. Nunca supo qué hizo la dictadura con su hijo Carlos Gustavo Cortiñas.
Sus restos serán velados este viernes en la Mansión Seré, uno de los más tenebrosos centros de detención ilegal tortura y desaparición de argentinos y argentinas entre las 9 y las 19 horas.