Rodolfo Walsh nació el 9 de enero de 1927 en Lamarque, conocido anteriormente como Pueblo Nuevo de la Colonia de Choele Choel, ubicado en la provincia de Río Negro. A sus diecisiete años comenzó a trabajar en la Editorial Hachette realizando labores de traducción y corrección de textos. En la Facultad de Filosofía y Letras en 1950, conoció a Elina Tejerina, quien sería la madre de sus dos hijas, María Victoria y Patricia, con quienes se mudó a la ciudad de La Plata.
SU OBRA LITERARIA Y PERIODÍSTICA
En 1953 publicó “Diez cuentos policiales argentinos” y “Variaciones en rojo”, que recibió el Premio Municipal de Literatura. Walsh se convertiría en pionero del género literario policial en nuestro país, evolucionando de relatos de crímenes individuales a crímenes sociales.
Junto a la periodista Enriqueta Muñiz investigó exhaustivamente en el que se convertiría en su trabajo más comprometido, “Operación Masacre” (1957), acerca de la Revolución Libertadora. Este libro es considerado la primera obra de no ficción periodística. Al año siguiente, el autor publicó las 32 notas que dieron vida al “Caso Satanowsky”, sobre la conexión entre los servicios de información y la prensa.
“No puedo, ni quiero, ni debo renunciar a un sentimiento básico: la indignación ante el atropello, la cobardía y el asesinato”. (Prólogo para la primera edición de «Operación Masacre», julio de 1957)
En 1959, Walsh emigró a Cuba y se quedó allí durante dos años, en los que formó parte del equipo fundador de Prensa Latina junto a Jorge Masetti, Gabriel García Márquez y Rogelio García Lupo, entre otros. Según sus propios periodistas fue “la primera agencia latinoamericana que consiguió inquietar a los monopolios yanquis”.
En 1966 publicó “Los oficios terrestres”, en el cual se encuentra “Esa mujer”, que versa sobre la figura de Eva Perón y es considerado estilísticamente uno de los cuentos más importantes de la literatura argentina. Al año siguiente, ya gozando de reconocimiento en el ambiente literario publicó el libro de cuentos “Un kilo de oro”. En ese momento el escritor dio fin a una etapa para adentrarse en la militancia política.

SU MILITANCIA
“¿Quién mató a Rosendo?” fue publicado en 1969 durante su faceta más comprometida políticamente. El libro fue el fruto de la investigación de la interna sindical del partido obrero en la cual se disputaban el poder la corriente vandorista (aliada a las grandes empresas nacionales y extranjeras) y la corriente que defendía genuinamente los intereses del pueblo trabajador.
De 1970 a 1973 Walsh militó en el denominado Peronismo de Base y luego se unió a Montoneros. Durante estos años dio clases en las villas y editó la publicación Semanario Villero. Además creó un sector de informaciones y fue el redactor de Diario de Noticias. Formó parte de la CGTA (Confederación General de Trabajadores Argentinos), frente sindical que se oponía a pactar con la dictadura de Onganía.
“El sistema no castiga a sus hombres: los premia. No encarcela a sus verdugos: los mantiene”. («¿Quién mató a Rosendo?», 1969)
A mediados de los 70, Walsh estuvo absorbido por completo por su compromiso militante y dejó de lado la literatura. Como respuesta al golpe de Estado del 24 de marzo de 1976, creó la Agencia Clandestina de Noticias y Cadena Informativa con el propósito de mantener canales de información alternativos para una resistencia frente a los medios de comunicación durante la dictadura. En esos años se publicó “ESMA, Historia de la guerra sucia en la Argentina”, texto atribuido a Walsh pero que años más tarde se descubrió que había sido redactado por su compañero Horacio Verbitsky. En septiembre de 1976, su hija Victoria, militante montonera, se suicidó al ser descubierta por los militares. Walsh le dedicó unas últimas palabras a su hija en “Carta a Vicki” y explicó su muerte en “Carta a mis amigos”.
LA CARTA ABIERTA A LA JUNTA MILITAR
Uno de los documentos más relevantes que dejó Walsh como periodista es la Carta Abierta a la Junta Militar, escrita entre enero y marzo de 1977. “La Universal”, como la llamaría Gabriel García Márquez, es una denuncia de los métodos de tortura, las desapariciones y los campos de tortura y exterminio, dejando evidencias de la entrega del país por parte del gobierno militar a los poderes financieros internacionales.
Rodolfo Walsh fue asesinado el 25 de marzo de 1977 por un grupo de tareas de la ESMA, días después de enviar esta carta. Lo habían buscado por largo tiempo, èl ya estaba alejado de Montoneros. Pero la “Carta…” significó su final.
Lo emboscaron en la esquina de las avenidas Entre Ríos y San Juan, pleno centro de Capital Federal y tras el lógico forcejeo con los servicios de inteligencia, se lo llevaron. Nunca más se supo sobre su paradero. Un ejemplo de talento periodístico argentino que queremos recordar en estos días donde el periodismo tiene tantas bajas en autenticidad y honestidad. Por eso nuestro homenaje.
POLITICA 2000