El Movimiento Evita, La Matanza, que hasta hace poco tenía como líder a Alberto Gerardo Fernández, celebró el pasado 16 de enero el traspaso de la conducción en un multitudinario plenario que se desarrolló en el polideportivo San José, del barrio de Villegas, Ciudad Evita.
La conducción es ahora de la joven Gabriela Luna, informó Fernández, quien se mostró optimista por lo que significará para el movimiento.
“Vamos a dar un paso que, para nosotros, es muy importante: traspasar el mando, las banderas, los ideales y las convicciones a una nueva generación de jóvenes. Son la generación que en el 2001 vieron el desastre del país, es la que se incorporó a la política con Néstor y Cristina y la que resistió los últimos cuatro años”, contó.
El referente destacó el rol fundamental que tendrá la nueva camada de dirigentes: “Esta nueva generación de jóvenes son los que vienen poniendo el hombro, pero también pidiendo pista para ser protagonistas de este proceso de liberación nacional y social”.
COMPAÑERISMO Y CONFIANZA
La selección de Luna como actual dirigente tuvo que ver con el apoyo que recibió por el resto de los militantes, “Los responsables de los barrios eligen entre sí a los compañeros más representativos, a los compañeros que mejor interpretan los sentimientos y los ideales de nuestro movimiento”, afirmó Fernández.
Como la mejor candidata para ocupar el cargo de conducción, Luna tiene gran experiencia en el trabajo social dentro de los barrios más necesitados de La Matanza como San Petersburgo (Isidro Casanova), 17 de marzo (San Justo) o Puerta de Hierro (Ciudad Evita).
“El cambio producido es una cuestión armónica que los que venimos haciendo desde hace décadas, llevando la lucha y los ideales del peronismo. No nos corremos, pero sí abrimos paso a la nuevas gente”, sostuvo el referente.
Por otra parte, Fernández consideró que “una mujer conduzca el Movimiento Evita es significativo en estos tiempos”, a la vez que aclaró que los nombramientos correspondieron para la seccional Matanza en un evento en el que acompañaron sindicatos invitados.
LA PROMESA DEL FUTURO
Los cambios y la renovación son necesarios, pero también implica no perder las bases y eso lo dejó en claro el referente matancero: “De la lucha y los ideales uno no se jubila, los mayores vamos a ser los guías de esta nueva camada para garantizar el traspaso de las banderas históricas de nuestro movimiento para que los ideales, la honestidad y el compromiso sean los valores innegociables”.
En este sentido, el traspaso no va a implicar una trasformación radical sino algo más gradual, pero con el acompañamiento constante de quienes llevan más años de experiencia dentro del campo.
“Nuestro lugar tiene que ser mucho más que estar en la gestión, tenemos que acompañar y señalar los mejores caminos para construir la organización popular y para, en definitiva, darle la victoria al pueblo”, enfatizó.
Aún sin definirse una estructura, Fernández insistió en que el recambio debe significar que trabajen para que “los más humildes vivan cada día un poco mejor, para que tengan la esperanza de que, en un futuro, no muy lejano, vamos a tener una sociedad más igualitaria y justa”.
UNA LUCHA SIN FIN
Analizando la actualidad del país, Fernández consideró que “las salidas mágicas y soluciones a corto plazo” no son posibles en nuestro contexto y que, por el contrario, esto “va a requerir sacrificios de toda la sociedad, fundamentalmente de los que más tienen. No se le puede seguir pidiendo sacrificios a los que perdieron el trabajo, a los que perdieron todo tipo de esperanza”, indicó.
“Lo primero que hay que hacer es resarcir a los más humildes, a los más castigados y, para eso, necesitamos una gran conducción del Gobierno nacional, pero también un gran compromiso militante”, consideró respecto a lo que se viene para el Movimiento Evita.
“Siempre del lado del pueblo. Esta larga lucha se acabará el día que exista la plena felicidad en nuestra sociedad y no haya pobres ni marginados. Ese día, entonces, nuestra doctrina se habrá cumplido en su totalidad”.