Se consensuaron los lineamientos generales para el retorno de la actividad académica, una vez que la situación epidemiológica lo permita, entre el Ministerio de Educación de la Nación, a través de la Secretaría de Políticas Universitarias (SPU), el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN) y el Consejo de Rectores de Universidades Privadas (CRUP). Así lo informa la Universidad Nacional de La Matanza:
Las pautas para el regreso a las aulas en el ámbito universitario se basan en criterios sanitarios y de higiene, salud y seguridad, como así también de organización académica y pedagógica. Se establecen acciones preparatorias y un monitoreo constante de las actividades, producto de los aportes de especialistas, universidades, centros de estudiantes, sindicatos, entre otros, en base a un documento del Ministerio de Salud.
Este marco de acción constituye el piso mínimo de requerimientos sobre el cual cada institución podrá definir criterios específicos que se adapten a las particularidades de las actividades realizadas.
El ministro de Educación de la Nación, Nicolás Trotta, remarcó que “la construcción del regreso a la presencialidad demanda de profundos consensos de toda la comunidad educativa” y dejó en claro que “la decisión del regreso físico a las aulas será tomada por cada rector y rectora, una vez que la situación epidemiológica de cada región así lo permita y se garanticen las condiciones sanitarias establecidas en los protocolos”.
EL REINICIO DE LAS CLASES
Se consensuó que la fecha a partir de la cual pueda iniciarse el proceso de reanudación de clases en cada jurisdicción estará supeditada a las recomendaciones de las autoridades sanitarias nacional y jurisdiccional que corresponda, y será resultado de consideraciones epidemiológicas y de seguridad sanitaria para estudiantes, docentes, investigadores, extensionistas y no docentes.
Se deberán “acondicionar los espacios para asegurar el distanciamiento mínimo entre las personas” y habrá “protocolos de ingreso y egreso, asegurando que no haya aglomeraciones”. El escenario académico dependerá de “las características de cada universidad” y contempla “un sistema de clases a distancia con alternancia presencial”.
MEDIDAS OBLIGATORIAS Y CASOS SOSPECHOSOS
Será obligatorio el uso de tapabocas que cubra boca, nariz y mentón y habrá control de temperatura y epidemiológico, impidiendo el ingreso de quienes registren una marca térmica corporal mayor a 37,5º C. En ese caso, se aplicará el potocolo dispuesto por las autoridades sanitarias.
Las instituciones universitarias deberán definir el número máximo de personas que podrán permanecer en un lugar determinado y en las aulas se debe establecer el máximo que podrá albergar ese espacio, teniendo en cuenta las restricciones de distanciamiento físico de las personas.
Ante la aparición de caso/s sospechoso/s o confirmado/s, se suspenderán las actividades por un día para realizar la desinfección exhaustiva en los ámbitos que correspondan, de acuerdo con los protocolos que cada institución apruebe.
De tratarse de un estudiante, el grupo al que pertenece deberá abstenerse de asistir a clase hasta que se confirme o descarte la infección con SARS-CoV-2. De confirmarse, el grupo de estudiantes deberá considerarse contacto estrecho del caso confirmado y, en consecuencia, respetar el aislamiento durante 14 días a partir de la última exposición con el caso confirmado. Si se descarta, todo el grupo se reintegra a clase según la organización prestablecida.
La realización de testeo diagnostico (PCR) sólo está indicada ante la presencia de sintomatología compatible con un caso sospechoso o contacto estrecho y de acuerdo con lo establecido por el Ministerio de Salud de la Nación.
LINEAMIENTOS PARA REAPERTURA DE LAS CLASES
Además, entre los lineamientos generales para la reapertura de clases presenciales, se destacan:
Establecer criterios de implementación de protocolos en las universidades e institutos universitarios según la situación o fase epidemiológica que transita.
Generar, en cada institución, un plan en conjunto con la comunidad educativa para evaluar posibilidades de implementación.
Resguardar a los grupos más impactados por la pandemia a fin de disminuir desigualdades.
Profundizar el vínculo y la comunicación entre los sectores de salud, educación y desarrollo social, como así también con los municipios, para resolver problemas territoriales específicos.
Optimizar la infraestructura sanitaria en cada una de las casas de estudio. Eliminar la realización de actividades masivas presenciales.